me gustaría.
No la máscara
ni el maquillaje
sino el atuendo
improvisado
desprolijo
de un disfraz
y
quiero decir:
no de un traje,
no de una cobertura física
voluntaria
constante y cíclica en la que me
paseo.
¡No quiero olvidarme el disfraz
de la película
en el teatro
de alguna exótica foto secuencia
y del movimiento que no
puede desaparecer.
del plano central observado
invadido
inventado y más divertido
sobre-actuado
que nos corteja
cuando paseo!.
No quiero olvidarme de pasear.
No quiero olvidarme de lo que estaba pensando
porque sé que lo que estaba pensando seguro
me deja acá,
donde las palabras no me escuchan no me escucho
y es todo una gran confusión.
A veces no me acuerdo de nada o
me acuerdo de cosas
que no sé
si sólo las recuerdo yo.
Re-leo disfraz
y voy hacia una extraña alternativa
de embellecer la tela
de Ceñirlo al cuerpo,
de mostrar la belleza
posible del conjunto.
Una superficie donde el cuerpo reposa, liviano y humilde.
El cuerpo libre es el que más llora.
¿O no se aqueja todo lo que pueda aquejarse?
No tengo que olvidarme.
No ten quq olvidarme
no tengo que.