Un videojuego de post-guerra
Una exageración grotesca de los juicios.
y prejuicios.
Una ciudad de muertos.
Prohibido estacionar.
Pare.
Enfermería a 200m.
Prohibido estacionar.
Son las flores
que sujetas con las dos manos
siempre dicen lo mismo.
Nadie va a golpear estas puertas
para entregarlas
nunca.
Me pareció ver pasar una bici
y me pregunto si es ésta
otra vida
en la que acabo de ingresar.
-
Escribir en el polvo de los huesos.
Perfectamente incalculado traía conmigo muchas hojas y una lapicera. Me detuve sólo un momento a cuestionarme si eso no era cosa de locos -sentarme a escribir en el cementerio para determinar si yo lo estaba- pero justo esa mañana había decido que no, que iba a aguantar unos años más antes de enloquecer del todo, para disfrutar de algunas cosas, como el día soleado en sábado después de tantos días de lluvia. Hasta escribí un poema por la mañana, lo cual era suficiente para jactarme de escritora hoy y pensé:- Todos los lugares son grandes lugares para la creación, la imaginación, etc, etc,- y me baje del colectivo justo frente a la entrada principal. Crucé las calles ansiosa, con la sensación de que algo fuese a impedir que lo hiciera (quizá yo misma en un arrepentimiento automático de fiaca y por espalda adormecida) - Uno nunca sabe que lo puede detenerte en el camino.- Planeé una mentira llegado el caso de que alguien notara algo extraño en mi presencia y recorrido (como si fuera una criminal, o si todos supieran que no buscaba nada ni a nadie) y fue éste: -Bueno, naturalmente me veo como cualquier persona, puedo estar haciendo lo que cualquier persona hace acá y a nadie le preguntan. También puedo estar de paseo, de visita sin guías o buscando conocer a alguien por ahí. No, eso último no suena bien. ¿Qué tal si vine por la arquitectura? Por que podría, con éstas alturas, éstas calles, éstos carteles, hay! tengo los pulmones llenos de tanto respirar por los ojos. Claramente podría por esto y por lo otro, por cualquier cosa.
Pero a escribir... ¿por qué dudo tanto de escribir? ¿Por qué dudarían de un escritor?...-
-
Si todos al morir
exigimos nuestro pedazo de tierra.
¿Dónde pisarán los niños
que aún vivos están?
-
En un pasillo blanco
un árbol seco interrumpe el camino.
Más lejos
unos niños pasan corriendo
con flores en las manos.
Giro
y alguien está
baldeando la vereda.
-
Hay una avenida
acá
en la que puedo sentarme
y no pasa nada.
-
Sin pensarlo
escribí mi cuaderno
de atrás
para adelante.
Le da una cuota de misticismo
a mi pedante emoción.
-
Hay paz en el cementerio
pero no en los hombres.
Ojalá
pueda corregir esas palabras.
"Podríamos vivir todos acá, y en paz".
Lo pienso, y sigo caminando.
Es un lugar inmenso y precioso.
Podría ser sagrado, pero no.
Hay grandes parques
y mucha gente.
Hasta se podría trabajar bien
y vender algunas cosas.
Me alejo por el camino
de todos estos turistas.
y cuando el mismo precipita
me encuentro adormecida en la terraza de un edificio.
Miles y miles de mono-ambientes
alquilados
y en alquiler
permanente.
Una vez y para siempre
dice la letra chica.
-
¿Ves que hay vida
después de la muerte?.
Entrá al cementerio.
Las hojas se mueven
la gente no duerme
Hay mucho trabajo por hacer.
-
Una pareja se tira en el pasto
a tomar unos mates.
Es un hermoso lugar para hacer el amor.
De verdad.
Deberían de ver acá conmigo
este inmenso cielo
celeste. Estas placas de acero
y bronce. Todos los árboles
secos, de temporada.
El pasto siempre verde
y un dulce silencio
respiran al oído.
-
No hay pena
en este cementerio.
El sol brilla
en el rostro del padre
que
sentado en un banco
está
acariciando a su gato.
-
Entre por la puerta grande
con la primera impresión
de una nueva ciudad.
Me pintaron los ojos.
Más adentro
el mundo subterráneo
me acarició con el viento
en la terraza.
Ahora voy a pasar para el fondo.
A la distancia distingo
cientos de colores
y aunque no lo entienda
alguien está tocando unos tambores también.
-
Siento el corazón
un tanto acelerado.
La sangre corre por mi cuerpo y
el agua se destila en mis ojos.
Es una sensación placentera
la de estar vivo.
-
Me perdí en el edificio
que está bajo tierra
de lúgubres pasillos
que agitan
mi respiración.
Estamos tocándonos
con el rosar de este aire
entre tumbas y fotos desgastadas.
Somos consumidores
de nuestra propia piel
que
enmugreciéndose mis uñas
y engrasándose mi pelo
puedo denotar.
-
Hoy es 25 de Agosto del año 2012
y es la primera vez
que entro
al cementerio
de la Chacarita.
Yo podría
dormir acá
todas las noches.
Pero los celos...
Los celos nos asustan
con cuentos para adultos
en dónde nadie se anima
a enfrentar a los muertos.
Aunque eso cueste
tu propia vida
en el mejor de los casos.
-
Mi cementerio
es una memoria
tallada labrada piedra.
La eternidad de la poesía
firmada con mi cuerpo.
-
Brilla el sol
ilumina mi cara.
voy hacia la puerta.
-
A la mierda!
hay un par
de trapitos
controlándolo todo
por acá.
Vivos.
-
A mi también me da miedo mi muerte pero que carajo importa lo que pase con mi cuerpo después.
-
Che chistoso.
Algunas empresas
tienen parcelas reservadas
para enterrar a sus empleados.
-
Me cuentan historias de vigilantes
y de gente que pasó de noche
por el cementerio
y escuchó voces.
Sí.
Son los guerreros
que impulsados por la corriente fresca
de la madrugada
cruzaron las murallas para encontrar entre el mármol helado
un lugar mejor donde reparar.
La nueva guerra fría
la peste de la desesperación.
-
Apoyo mi cuaderno en ésta lápida
para aclarar que no voy a dejar de escribir
y no me voy a ir
sin antes ver
a quien pertenece ese castillo.
-Dos ángeles sostienen el cartel
que no se lee
está borroso
añejo
y a la sombra
No debía de ser tan importante-.
-
Es parte de la parodia
que el "edificio"
de la Unión Obrera Metalúrgica
tenga dos puertas de vidrio
paralelas
que se abren empujando
para ingresar al subsuelo
por escalera.
El logo siempre al frente.
Lo demás
al fondo a la derecha.
y que ésta tumba
sea igualita
a la sala de la clínica
en donde nací.
al fondo a la derecha.
y que ésta tumba
sea igualita
a la sala de la clínica
en donde nací.
-
Y me fui
por donde entré.
La puerta Grande.
Afuera
sin oír palabra
después de unos minutos
grita un amigo
en el kiosco de diarios y revistas
-¿así que lo cagaron a tiro nomá che?
Metáforas.
En todo momento asimilo una metáfora
de sueño profundo.
y consentido.
De sueño profundo
y aturdido.