Para mi amigo León.

Hoy es el día del libro y quiero compartir éstas palabras. 

Los días de mi vida 
recorren los pasillos 
de esta gran biblioteca cotidiana. 
Todo y todos
son los libros 
que no sé leer y quizás 
nunca lea. 
Pero están.

En repisas más altas
o tirados en el piso.
Abandonados en un viejo trabajo
o empolvados
sobre la heladera de un ex.

Libros viejos y aburridos;
Nuevos e interesantes
y esos desconocidos
que me llaman la atención.
Los que puedo separar por temáticas
por cantidad de hojas o por la calidad de sus tapas.
Los que caen en mis manos
por casualidad
y me parten la cabeza
(también vienen en otros idiomas).
Los que deseé tanto hasta conseguirlos;
Algunos nunca los encontré.
Los que pensé buenos
y me desilusionaron.
Los que pensé malos
y releí 
tiempo después
y leí diferente.

Los que perdí y puedo perder.
Los que me encuentran y no dejo escapar.
Los que hablan de amor
que son tantos
que me aburren.
Los de ciencias exactas
que admiro
pero siento vacíos.
Los originales de 500 páginas
que reeditan en 100
y me pregunto
¿qué pasó con toda la otra información?
Los que tienen buen arte
y nada más.
Los que están rotos
por el uso
y los dañados y descuidados
que son olvidados.

Las biblias
de todas las religiones
de todas las pasiones
de todos los males
enfermedades y no(s).
Libros que ayudan
Libros que destruyen.
Libros que te quieren convencer
pero te hacen reír
o llorar.
Y si, libros que te convencen.

Libros!  

Libros que amas
y que no entendés
quizá
del todo.

Yo creo 
que hay más 
de esos.

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